¿Qué hay detrás del sentimiento de soledad? ¿Es perjudicial para nuestra vida estar solo? ¿Cuál es la diferencia entre ser solitario y afirmar que me siento solo? En este artículo descubrirás cuál es el impacto de sentirse solo y cómo afrontar este sentimiento para volverlo a nuestro favor.
No, son cosas diferentes, ya que cuando me siento solo, no necesariamente lo estoy, sino que experimento una sensación de vacío que me angustia, mientras que si soy solitario, es mi elección de vida, y eso me hace sentir bien.
Siempre y cuando seamos solitarios por elección propia, ese estado será positivo y productivo en nuestra vida.
Existen varias razones que te llevan a decir “me siento solo”. Es fundamental conocer la que te está afectando a ti, porque este es el primer paso para combatir esta sensación.
Cuando la sensación de soledad proviene únicamente de la esfera de la pareja, significa que se está produciendo un vacío en la comunicación con la otra persona. Tal vez necesitemos de ella más de lo que está dispuesta a darnos, o quizás estemos siendo demasiado demandantes debido a inseguridades que hayamos estado arrastrando desde nuestra infancia.
Otra de las razones que lleva a muchas personas a decir “me siento solo”, es que se sienten incómodas con su propia presencia. La soledad las remonta a recuerdos amargos o incluso al miedo a escuchar un diálogo interno que tiene para decirnos cosas que no queremos escuchar.
Lo que ocurre en nuestra infancia nos acompañará durante la vida adulta. Esto significa que si hemos sido criados con el apego adecuado y bajo un modelo de crianza democrático, seremos adultos seguros de nosotros mismos, asertivos y nos encantará pasar tiempo con nosotros mismos. En cambio, cuando nos han criado en el desapego, nos convertimos en adultos con grandes inseguridades, y la soledad se cierne como una amenaza sobre nosotros.
Llevar la soledad como una carga sobre nuestras espaldas, puede producir un serio impacto en nuestra salud física y mental. Las consecuencias más comunes son:
El apremio por salir de ese estado de soledad que nos lleva a decir “me siento solo” sin cesar, va aumentando el nivel de ansiedad en nuestro cuerpo, lo cual tiene consecuencias tales como la falta de concentración, la agresividad y, entre muchas otras, la hipertensión arterial.
Cuando la soledad se prolonga en contra de nuestra voluntad, comenzamos a sufrir un deterioro en las capacidades cognitivas, tales como la memoria y la capacidad de tomar decisiones, y esto aumenta significativamente las probabilidades de desarrollar depresión.
Si uno de los efectos negativos de la soledad no deseada, o del mero hecho de sentirse solo, es el incremento del estrés, es normal que nuestro organismo produzca mayores cantidades de cortisol. Esta hormona, directamente asociada al estrés, trae consigo insomnio y aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas.
Conoce aquí lo que la ciencia tiene para decirte acerca del impacto de la soledad en tu salud.
Cuando te encuentras diciendo “me siento solo” con una frecuencia demasiado alta, no debes esquivar el problema, porque solo se agravará. El sentimiento de soledad debe ser abordado de manera seria y de la mano de un profesional. Algunas de las estrategias que te ayudarán a afrontarlo, son:
La premisa base para que la soledad deje de azotarte es que nadie querrá tu compañía si tú mismo tratas de evitarla. Tener una buena relación contigo mismo es lo que te dará las herramientas para relacionarte de forma saludable con los demás, algo que es indispensable para que las personas se sientan a gusto contigo.
Entiende que nunca debe ser la necesidad el sentimiento que te induzca a buscar la compañía de los demás. Por un lado, las personas perciben la necesidad y se alejan de ella todo lo que pueden. Por otro lado, si llegaras a entablar un vínculo que se sustente en la necesidad, el día que se deshaga el dolor emocional será insoportable para ti.
Ocuparte de ti mismo es una tarea que te mantendrá tan ocupado que el sentimiento de soledad pasará a un segundo plano. Además, hacer ejercicio, mejorar tu imagen y retomar tus hobbies, también te convertirá en una persona cuya compañía resulta cada vez más placentera y atractiva.
La soledad es un mal que afecta a todas las edades, ya que incluso es posible que la hayamos sentido desde que tenemos uso de razón. Dado la gravedad de sus consecuencias, lo mejor es atenderla lo antes posible.
Si has empezado a escuchar que tu voz interior te dice “me siento solo” con demasiada frecuencia, es posible que estés a punto de caer en las fauces de la ansiedad o de la depresión. Este es el momento ideal para evitar un mal mayor, así que te invitamos a contactarte con nuestros psicólogos y coordinar una entrevista, para así revertir el efecto negativo que la soledad tiene en ti.