Históricamente los trastornos mentales han provocado gran estigma en las personas que los padecen, principalmente debido a falta de información, y por mitos o creencias erróneas acerca de estas enfermedades. Hoy en día la sociedad parece estar más abierta a recibir información sobre estos temas, y hablar sobre salud mental en diversas esferas de la sociedad, ya sea en los ámbitos de salud, académicos, sociales, entre otros.
Los trastornos mentales se reconocen como una enfermedad a tratar, lo cual ayuda a desestigmatizar el hecho de ser un “enfermo mental”, sin embargo aún existen ciertas creencias erróneas que rondan a los trastornos mentales, por eso es importante saber qué es y qué implica padecer un trastorno mental, y poder reconocer algunos de los más comunes en nuestra sociedad.
Un trastorno mental es un conjunto de síntomas específicos, que se mantienen en el tiempo y aparecen con una frecuencia casi diaria. Estas afecciones alteran el estado de ánimo, el comportamiento y/o el pensamiento de la persona, impidiendo que pueda desarrollar su vida
cotidiana e influyendo negativamente en sus relaciones interpersonales.
Es importante tener presente que todos presentamos uno o más síntomas característicos de algunos trastornos mentales alguna vez en nuestras vidas, ya sea por sufrir un acontecimiento traumático o por transitar una época difícil en nuestra vida. Por ejemplo,
estar triste durante algunos días no significa tener depresión, así como estar nervioso frente a determinados acontecimientos no implica tener un trastorno de ansiedad, o tener ciertas manías tampoco implica tener trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Trastornos de Ansiedad
Cuando la intensidad de la ansiedad es desproporcionada para la situación y prolongada en el tiempo se vuelve patológica, provocando un malestar significativo, con síntomas físicos, psicológicos y conductuales como taquicardia, hiperventilación,
temblores, sudoración, sensaciones de debilidad, inquietud o sensación de estar atrapado, fatiga constante, dificultad para concentrarse o sensación de quedarse con la mente en blanco. Irritabilidad, tensión muscular, problemas de sueño (dificultad
para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio). Este es uno de los trastornos mentales más comunes en nuestra sociedad.
Trastornos Depresivos
La depresión es un estado afectivo que se caracteriza por una notable disminución del ánimo, que puede comenzar por un sentimiento de tristeza profunda y evolucionar a un estado persistente o recurrente de depresión. Se ven afectadas diferentes áreas de la vida de la persona, y pueden aparecer dificultades para desempeñar su trabajo, sus estudios, e imposibilidad de realizar actividades de la
vida cotidiana. Esto también puede conllevar a un deterioro en sus relaciones familiares, de pareja o amistades, lo que podría agravar la situación al incrementar el aislamiento y la falta de un entorno de apoyo.
Trastornos por uso de Sustancias
Los trastornos por uso de sustancias o más conocidos como adicciones, son una enfermedad que afecta la salud psíquica y física de la persona. La adicción se desarrolla debido al uso prolongado y frecuente de determinadas sustancias
psicoactivas, ya sean legales o ilegales, que generan dependencia física y psíquica a la droga que se consume. Provoca que la persona no pueda vivir su día a día de forma adaptativa, afectando su comportamiento, su salud física y mental, así como sus vínculos interpersonales, y su desempeño en su trabajo o estudios.
Trastornos de la Conducta Alimentaria
Existen diversos trastornos de este tipo, entre ellos: anorexia, bulimia, trastorno por atracón, ortorexia, vigorexia. Todos tienen en común la excesiva preocupación por la alimentación y el cuerpo, enfocada principalmente en la apariencia física y el peso, lo que lleva a la persona a adoptar conductas compulsivas y peligrosas para su
salud física y mental. Al igual que los demás trastornos mentales puede provocar conflictos en sus relaciones sociales, y en otras áreas de la vida cotidiana.
Trastornos del Sueño
El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente, implica problemas para iniciar el sueño o para mantenerlo, despertándose varias veces durante la noche o despertándose definitivamente de manera precoz, habiendo dormido un tiempo muy escaso. Por otro lado, la hipersomnia a diferencia del insomnio, se caracteriza por
una somnolencia excesiva durante gran parte del día, aunque se haya mantenido un período de sueño normal, de al menos siete horas. La persona se siente somnolienta durante el día y le cuesta despertarse, las horas de sueño no suelen ser reparadoras y se despierta con la sensación de no haber descansado. Incluso puede sufrir “caídas” de sueño durante su día, llegando a dormirse en situaciones de
riesgo, por ej. mientras conduce. Las parálisis de sueño son otro tipo de trastornos del sueño, donde la persona está cognitivamente despierta y consciente, pero experimenta una sensación de paralización de su cuerpo, e imposibilidad de hablar.
Suele aparecer en el momento en el que nos estamos quedando dormidos o en el que estamos despertando. La mayoría de las veces, van acompañadas de
pseudoalucinaciones visuales, auditivas y/o sensoriales.
Trastorno Bipolar
El trastorno bipolar se caracteriza por la irrupción de cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía) y bajos emocionales (depresión). Los episodios maníacos suponen un estado de ánimo elevado o irritable, acompañado principalmente por hiperactividad, verborrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir. A este período de exaltación y euforia le sigue un bajón emocional que suele dejar a la persona deprimida, y
exhausta. Generalmente aquellas personas que padecen trastorno bipolar no logran reconocer y ser conscientes hasta qué punto su inestabilidad emocional está
alterando su vida cotidiana y la de su entorno más cercano, por este motivo, a menudo no buscan ayuda profesional, y por lo tanto no reciben el tratamiento adecuado.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es uno de los trastornos mentales más severos ya que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Las personas con esquizofrenia dan la sensación de que han perdido el contacto con la realidad, lo que puede ser angustioso para ellas, sus familiares y amigos. Esta enfermedad suele comenzar a manifestarse durante la adolescencia o juventud y es una enfermedad crónica, es decir para toda la vida. Sin embargo hoy en día con un tratamiento médico, farmacológico y psicológico adecuado la persona puede vivir su vida de forma normal.