Sentir ganas de volver a un momento del pasado es algo muy normal. Usualmente se da en momentos donde vivimos una experiencia que disfrutamos mucho y ya no la podemos volver a vivir en el presente. En este artículo hablaremos del sentimiento de nostalgia, qué implica y qué sentido tiene para nuestra vida.
La palabra nostalgia viene del griego nóstos y álgos, regreso y dolor. Queda bien claro en el origen de la palabra cómo nos habla de un querer volver o regresar a un momento o acontecimiento en el pasado.
Este sentimiento puede ser pasajero o bastante prolongado en el tiempo cuando se trata de un sufrimiento o dolor muy grande, ya sea hacia una persona o situación.
Por otro lado, podemos decir que podemos sentir nostalgia en cualquier momento de nuestra vida ya que no es algo que se relacione con una etapa específica de la vida.
El sentimiento de nostalgia implica un sentimiento de pérdida o lejanía, acompañado por emociones como la tristeza, con respecto a una persona, lugar o momento del pasado. Es común también que la nostalgia nos evoque desde la memoria partes de ese momento vivido que se quiere repetir.
Podemos sentir nostalgia por una cantidad de situaciones o personas. Algunas son las siguientes:
- La escuela o el liceo secundario
- Pasar el tiempo con una persona o un grupo de personas
- El lugar dónde vivíamos
- Jugar a algo en específico
- Traslados de un lugar a otro.
- Música
- Fiestas o celebraciones de algún tipo
El querer volver a un estado anterior, puede ser tomado como una necesidad de nuestra psique por conectar con emociones y sentimientos que el presente precisa para su desarrollo.
Psicológicamente, volver a un estado anterior, más infantil, puede ser símbolo de precisar actitudes más espontáneas, instintivas y emocionales frente a la vida adulta. Reconectar con estos aspectos nos aportan creatividad y simpleza a la vida que estamos teniendo.
Si entendemos que la nostalgia es un sentimiento que se aloja en el pasado y nos hace sufrir, podemos vincularla directamente con el apego.
Éste último es una vinculación afectiva intensa que, puede ser muy útil en ciertas etapas de nuestra vida, pero en otras no. El apego nos ayuda a aferrarnos, pero no nos deja soltar cuando algo ya no es creativo en nosotros.
La nostalgia implica un apego al pasado, a algo que seguramente sea irrecuperable. A nuestro Ego no le agradan los cambios y lo nuevo, le genera miedo tener que desarmare y recontruirse. Por esta razón, se resiste a soltar lo que a veces es necesario dejar ir para poder crecer. De esta manera, la nostalgia se alimenta del apego del Ego.
El problema reside en que aquello que nos genera nostalgia ya no es creativo para nosotros porque no nos deja vivir plenamente en el presente. Aquello que fue positivo en un pasado, ahora se vive con pena porque no podemos recuperarlo.
Necesitamos del desapego para abrirnos a las nuevas posibilidades que la vida nos presenta.
El anhelar el pasado es un sentimiento de nostalgia. Este sentir puede ser normal y pasajero aunque venga con un sufrimiento de mayor o menor intensidad.
Si este sufrimiento es prolongado en el tiempo y nos impide realizar actividades cotidianas puede que estemos ante un problema más grave y profundo. Un ejemplo de esto puede ser: no querer salir de la cama, no querer ir a trabajar, no tener energía para ver personas o vincularse con ellas.
La melancolía es un subtipo de depresión y de sospechar que estamos transitando esta enfermedad, o un ser querido lo está haciendo, recomendamos acudir a un especialista, como un psicólogo clínico o psiquiatra.
Uno de los sentimientos de nostalgia que es muy recurrente en las personas se aloja en la infancia de cada una de ellas.
Este es un sentimiento sobre nuestra inocencia perdida. La nostalgia de la infancia implica el querer volver a un estado sin preocupaciones ni responsabilidades, en el que éramos cuidados y protegidos por nuestros padres o familiares responsables. Un estado donde aún éramos profundamente creativos y lúdicos.
El sentimiento de nostalgia de la infancia puede hablarnos sobre nuestra pérdida de nuestro niño interior, ese que sabe como jugar, como dejarse cuidar por el otro y que, principalmente, sabe conectar creativamente con sí mismo.
En Uruguay, existe cada 25 de Agosto, una noche dedicada a la nostalgia. En esa fecha se festeja conmemorando las fiestas de tiempos pasados. En los distintos bares y discotecas del país se pasa música de otras décadas. La gente se viste como se vestía en su adolescencia y la noche es, temáticamente, sobre la nostalgia. La mayoría de los adultos salen a bailar con amigos y parejas. De esta manera, se encuentra una forma creativa de vivir la nostalgia y de rememorar al pasado.
El anhelar un momento o persona en el pasado nos trae un sufrimiento. Este dolor se da por la imposibilidad de volver a vivirlo o recuperarlo ya que solo existe en nuestra memoria.
De todas formas, pudimos ver que la nostalgia tiene un sentido de ser y posiblemente sea recuperar un estado simbólico que estamos precisando en el presente.
Devolverle a la consciencia la conexión con nuestras emociones, nuestra creatividad y espontaneidad que alguna vez tuvimos puede ser la manera de liberarnos de el estado nostálgico para reconectarnos con nuestro presente y vivir en plenitud.
En caso de que el sentimiento de nostalgia se vuelva muy abrumador o nos impida hacer nuestras tareas cotidianas, sugerimos consultar un psicólogo o psiquiatra especializado.