Esta lectura trata sobre un tema de suma importancia para el ser humano: El Sentido de la Vida. Mostraremos el sentido como un bien muy preciado del que a veces nos alejamos y otras veces nos acercamos más. No es algo estático en el tiempo, por el contrario, irá variando con el mismo. También hablaremos sobre qué es el sentido, cómo ejercitarnos para que no se nos pierda de vista y que beneficios trae a nuestra vida.
Existen muchos filósofos y psicólogos de distintas teorías que se han dedicado a escribir y argumentar sobre el sentido de la vida. Siempre desde sus perspectivas han aportado sus pensamientos propios, pero todos han concordado que el sentido de la vida reside en tener un propósito.
Además podemos asociar sentido con dirección, es decir, un rumbo, ir hacia un lugar.
Por último, no podemos dejar de mencionar que distintas religiones se han preocupado por el sentido de la vida, dependiendo de las creencias y los valores de la misma. De todas maneras, en este artículo nos enfocaremos más en la visión psicológica del sentido de la vida.
El sentido de la vida nos brinda una vida más plena. ¿Por qué?
-Activa nuestras emociones
-Nos fortalece el autoestima
-Nos da seguridad
-Valoramos más lo que hacemos
-Nos ayuda a conocernos
-Permite ayudar al otro
-Genera relaciones más profundas
Cuando podemos visualizar el sentido de nuestra vida nos sentimos que valemos y que ocupamos un lugar importante en el mundo. No somos uno más, sino que somos quienes venimos a cumplir con esa misión o propósito.
El sentido de la vida nos brinda una dirección, nos marca el camino a transitar.
Podríamos decir entonces que encontrar el sentido de nuestra vida es como encontrar una caja de acuarelas para poder colorear nuestra existencia.
El sentido nos da importancia y nos empodera. Nos permite contactar con nuestras emociones más profundas y relacionarnos con los otros de manera auténtica.
No se trata de encontrar EL sentido de la vida, sino de vivir CON sentido nuestra propia vida.
Muchas personas quieren encontrar sentido en sus vidas obteniendo algo material u externo, cuando en realidad la experiencia y las teorías demuestran lo contrario.
El sentido de la vida es algo individual en cada ser humano. Dicho esto, no hay una sola forma de encontrarlo. Aunque sí podemos decir que nace desde nuestro interior y para luego expresarse afuera. Por ejemplo: Ayudando a los otros.
Encontrarlo no significa aferrarnos a él. El encontrarlo significa que estamos viviendo en armonía con nosotros mismos.
Ahora puede surgir la pregunta de cómo buscar en nuestro interior el sentido de la vida. Para que esto no quede en un lugar abstracto de la mente, proponemos formas de hacer introspección a la hora de encontrar nuestro sentido en esta vida.
- Hacernos preguntas, aunque no tengas una respuesta inmediata.
- Observar nuestras emociones y sentimientos.
- Hacer ejercicios de conexión corporal. Por ejemplo: Yoga o Tai Chi.
- Hacer ejercicios de respiración, relajación y meditación.
- Prestar atención a nuestros sueños
- Estudiar sobre temas que nos interesen auténticamente.
- Usar nuestra imaginación creativa.
- Ir a terapia psicológica puede ayudar.
La salud y el sentido de la vida estan estrechamente relacionados. El sentido de la vida nos da salud física, mental y espiritual.
La consciencia que nos aporta el sentido de la vida hace que la mente y el cuerpo se puedan conectar. El sentido de la vida nos libera de sentimientos de angustia e incertidumbre que nos pueden enfermar.
No es que no se pueda vivir sin sentido, siempre hay momentos en los que uno se puede sentirse un poco perdido. A veces está bien estar perdido para volver a encontrarse. Incluso podríamos decir que es parte del proceso. En ese encontrarse nuevamente es donde contactamos con nuestra autenticidad y vuelve nuestra vitalidad.
La angustia, como dice la palabra, hace de los caminos más angostos, mientras que el sentido nos da apertura, nos brinda posibilidades de vivir.
Es por todos estos aspectos que el sentido de la vida es tan importante, ya que si queremos una vida completamente plena y saludable, no podría carecer de sentido.
Cuando el sentido no puede ser sentido, valga la redundancia, es que nos guía la simple inercia, caminamos por caminar, comemos por comer, trabajamos por trabajar y hasta respiramos por respirar. La vida pierde el encanto de ser vivida.
¡No, claro que no! El sentido es dinámico, o sea, este puede cambiar a lo largo de nuestra vida. No nos tenemos que encasillar.
El sentido tampoco tiene porque ser uno en un momento, quizá encontramos múltiples sentidos que nos hacen sentir bien en un momento específico.
No es simplemente algo concreto, sino que es el poder hacer las cosas con consciencia y libertad, contactando con nuestras emociones que nos indican el para qué de lo que estamos haciendo.
Como dijo Erich Fromm: “el sentido de la vida no es más que el acto de vivir en uno mismo.”
Estas son algunas consecuencias de vivir una vida carente de sentido. Recordemos que puede ser algo constante en el tiempo o solo un momento de crisis en el tiempo.
- Alejarse de uno mismo.
- Sentimientos de vacío o tristeza.
- Apatía.
- Indiferencia.
- Distanciarse de los otros. Por ejemplo, de los seres queridos.
Paradójicamente las heridas psicológicas o traumas pueden darnos sentido e identidad o, por el contrario, abatirnos por completo. Muchas personas optan por usar su historia de vida para ayudar a otros que también pasaron por lo mismo. Estas historias se ven en todas partes, enfermos que se transforman en curadores, niños abandonados que se dedican al cuidado de otros en distintos orfanatos.
Si tomamos contacto con estas heridas de manera creativa, podemos encontrar sentido al transitar nuestra vida. Podríamos decir, que al final, darle sentido a nuestra vida es una opción.
Por su lado, la Psicología Analítica, fundada por el psiquiatra Carl Gustav Jung también aborda el tema del sentido. La teoría dice que cada ser humano recorre a lo largo de su vida un camino en el que se va acercando cada vez más a sí mismo. A este proceso lo llama el “camino de individuación”. En este camino, para que la persona sea cada vez más auténtica y única, tiene que enfrentarse a su parte inconsciente. La forma de sortear y seguir adelante en el camino de autoconocimiento es ir encontrando el sentido que tienen los distintos eventos de la vida para uno mismo.
La psicología existencial toca muchos temas desde lo más humano y profundo de nosotros mismos. Esta teoría se basa en los filósofos existencialistas como Friedrich Nietzsche o Jean-Paul Sartre. Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra es un psicólogo existencialista que fundó la logoterapia. El basó su teoría en un postulado muy importante: Lo último que se le puede sacar al ser humano es su decisión. El poder de decidir, incluso en circunstancias de extremo sufrimiento, le da libertad al ser humano, le da sentido. Esto quiere decir que cada ser humano tiene la oportunidad de transitar, en cualquier circunstancia, su propio camino.
Conclusión
Para alguien que está buscando el sentido de la vida, ya sea en un momento de crisis o de profunda introspección, este artículo explica que esa búsqueda es de suma relevancia. La vida es diferente si la vivimos con sentido. Le damos un valor a todo lo que nos sucede que permite el crecimiento personal e individual.
Además, pudimos ver cómo el sin sentido o la inercia pueden afectarnos al punto de sentirnos profundamente tristes y vacíos.
Es de suma importancia entender que el sentido de la vida se encuentra en nuestro interior y no en algo que venga desde afuera. Esto es por qué cada persona deberá encontrar su camino personal, ya que el sentido de la vida es individual en cada ser humano. Ahí radica su complejidad. Es por eso que diferentes corrientes psicológicas han estudiado el sentido de la vida y cómo encontrarlo.