El orgullo y el amor propio son dos conceptos que se balancean en una delgada línea. A veces son muy opuestos, a veces muy similares. También existe una especie de creencia popular de que pese a su similitud, estos dos conceptos terminan yéndose por caminos diferentes. En esta columna estaremos hablando de ambos conceptos y de cómo manejarlos.
El orgullo contiene dos definiciones oficiales que son algo diferentes entre sí, por un lado es una estimación hacia uno mismo y hacia sus propios merecimientos en la cual hace que el individuo resalta por encima de los demás generando algunas señales o signos de soberbia. Por otro lado, está la definición en la que el orgullo es una sensación o un sentimiento de satisfacción hacia un logro o mérito que puede ser tanto propio o cercano a un hecho propio (por ejemplo: el cirujano se quedó orgulloso del éxito que tuvo su equipo en el quirófano).
Ahora mencionaremos brevemente las dos caras del orgullo, que sería la cara positiva y la negativa.
Orgullo Negativo: se relaciona con la soberbia, el ego muy inflado, resalta por lo demás. Generalmente una persona orgullosa suele ser muy inflexible, no acepta otra versión de la realidad (solamente la propia), generalmente mantienen una postura de superioridad, también suele gustarles quedarse con la última palabra. También siempre sienten que tienen a todo el mundo en contra y les es muy difícil disculparse o reconocer que tuvieron una mala acción.
Orgullo Positivo: se liga al concepto de satisfacción personal. Está muy emparentado con las metas que uno cumple tanto a nivel personal como interpersonal. Por ejemplo: una madre puede estar orgullosa de los logros de sus hijos. También el orgullo positivo es ese sentimiento de felicidad que pueden sentir aquellos individuos que lograron mantener su vida bien establecida.
Como mencionamos al principio, el concepto de amor propio y orgullo se pueden parecen entre sí. Pero la realidad es que predominan algunas diferencias. Veamos qué es el amor propio.
Amor propio es tener un buen concepto de nosotros mismos, de nuestros logros y de nuestra integridad en sí. A diferencia del orgullo (cuando este es negativo), el amor propio no da lugar a atributos como la soberbia, la inflexibilidad, la irritabilidad y el enojo. También es un facilitador para enfocarte en los objetivos y el camino que uno quiere en la vida.
Una diferencia importantísima con los orgullosos, es que la persona que tiene amor propio, no necesita del constante reconocimiento del otro para ser reconocido por sus méritos.
Para este apartado dejaremos un punteo sobre como poder mantener el amor propio y un orgullo (positivo). Recordemos que el orgullo cuando es positivo y el amor propio, pueden ser casi que sinónimos.
-Mantén tu orgullo para enfrentar los problemas cotidianos y del día a día.
-En circunstancias difíciles donde nos vemos afectados por el entorno ya sea una relación complicada, entorno laboral, o el ámbito que sea que te sientas incómodo y que no sos vos mismo, trabaja en tu amor propio, ya que es importante defender tus valores y tu forma de ser a como dé lugar, no permitas que nadie te haga cambiar de personalidad.
-Cuando nos quieren imponer valores a la fuerza que no compartimos, tener orgullo por nuestras creencias e ideas es importante para mantener nuestra moral, nuestro valor personal, protección de nuestros principios y nuestra autoestima intacta.
-Siempre siéntete orgulloso por tus méritos, pero no hagas de tus logros y tu satisfacción una escena o una especie de acto en el cual los demás tengan que reconocer implícitamente tu fortuna, mantente neutral y humilde.
-El amor propio es tu esencia personal, siempre que desees convertirte en alguien que quieras o emprendas un proyecto, recuerda mantener el amor propio intacto ya que este es lo que te hace diferente a los demás.
-Si sos una persona con un amor propio bien manejado, te aconsejamos que este mismo es un buen antídoto para no rendirse y decirse a uno mismo: vale la pena intentarlo una vez más.
Conclusión
Concluyendo, como vimos a lo largo de la columna, es importante tener y nutrir nuestro amor propio para estar bien con nuestra postura de vida, nuestras ideas y hacia dónde vamos.
No prolongues tu orgullo ya que puedes caer en una actitud soberbia y en un problema existencial en el cual termines teniendo la necesidad de tener que ser siempre reconocido por los demás.
En cuanto al orgullo positivo, se trata de que te sientes cómodo con tus logros y con los logros de tus seres queridos ya sea hijos, pareja, amigos, equipo de trabajo.
Por último, si sos una persona que sentís que el exceso de orgullo te está llevando por un mal camino o por el contrario, te cuesta tener amor propio o sentirte bien por tus méritos, pide ayuda a un psicólogo o consultor psicológico (counselor) para que puedan asesorarte a quererte mas o a quitarte un peso de encima como lo es el orgullo mal manejado.