El síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del neurodesarrollo y su principal característica es que afecta en las habilidades sociales.
También es común que este trastorno integrado dentro de los "Trastornos del Espectro del Autismo", afecte en las habilidades de la comunicación, sobre todo para la comprensión abstracta.
Por ejemplo, una persona con síndrome de Asperger podría tener complicaciones para entender señales habituales de la comunicación no verbal como sonreír o subir el pulgar en señal de aprobación.
Si bien hay numerosos mitos en torno al Asperger, la verdad es que hay varios estudios que han permitido aumentar la información al respecto.
Por ejemplo, el síndrome de Asperger no suele relacionarse con una afectación cognitiva.
Por lo tanto, la mayoría de las personas con esta afectación pueden desarrollar niveles de inteligencia proporcionales a su madurez cognitiva.
En los últimos años se ha presentado una duda bastante frecuente acerca de si el síndrome de Asperger y el trastorno del Autismo son lo mismo.
Y realmente esto puede ser algo complicado de comprender, debido a que el DSMV que es el manual de criterios diagnósticos para las enfermedades mentales integró al Asperger dentro de los Trastornos de Espectro Autista o TEA.
Hay que tener en cuenta que esta es la versión más actualizada de dicho manual, mientras en la versión anterior el Síndrome de Asperger no estaba dentro de esta clasificación.
Si bien es cierto que actualmente el Asperger forma parte de la clasificación de TEA, no es lo mismo el Autismo que el Asperger.
Y la principal diferencia radica en el hecho de que el trastorno de Asperger no suele vincularse con el retraso en el habla.
En cambio, el Autismo sí suele manifestarse a través de este síntoma y forma parte de los criterios para emitir su diagnóstico.
¿Buscas psicólogos expertos en Asperger? Contamos con especialistas altamente cualificados por su profesionalismo y experiencia en el abordaje de este trastorno.
Verifica nuestra lista de psicólogos especializados en Asperger y descubre las mejores técnicas de abordaje de este síndrome.
Tanto en el caso del Asperger como del Autismo las razones que desencadenan estas patologías no están del todo definidas.
Sin embargo, se han realizado diversos estudios e investigaciones para ayudar a delimitar posibles causas en pro de comprender en detalle estos trastornos del neurodesarrollo.
En el caso del síndrome de Asperger, han sido valorados antecedentes familiares como un posible componente hereditario.
Por otro lado, ha existido una predominancia en bebés cuyo nacimiento se produjo antes de la semana 26 de la gestación.
Además, el síndrome de cromosoma X frágil también ha sido asociado por años con el Asperger. Sin embargo, conviene reforzar que la ciencia no ha establecido aún una razón específica sobre esto.
Algunos confunden los niveles del Asperger con tipos de este trastorno y es importante establecer dicha distinción.
El establecimiento de niveles o grados de este trastorno permiten identificar la intensidad de los síntomas y si resultan o no como un factor que amerite que el paciente necesite apoyo adicional.
En este sentido, encontramos el nivel uno en donde no se requiere ayuda con frecuencia.
Mientras que el nivel dos sugiere que ocasionalmente se necesita ayuda. Y el nivel tres expone necesitar ayuda constante.
Lo que más se ha popularizado sobre este trastorno del neurodesarrollo es que se relaciona con una dificultad para tener un desenvolvimiento social según lo esperado.
Y si bien, apreciar esto en un niño enciende ciertas alarmas clínicas, no es el único síntoma que debería ser explorado. Pues hay otros elementos asociados con el SA.
A). A menudo pueden manifestarse la tendencia a pensamientos inflexibles, esto hace que las personas se inclinen más a ser metódicos.
B). La tendencia al perfeccionismo y los intereses limitados también son clásicos del trastorno de Asperger.
C). Debido a las debilidades en el ámbito social, puede surgir una tendencia a aislarse, evitando trabajar en equipo.
D). Dificultad para entender el humor o ciertas normas sociales, así como manifestaciones de afecto.
En algunos casos, por todo lo que implica este trastorno, las personas pueden llegar a desarrollar sentimientos de incomprensión y de soledad.
Tras obtener el diagnóstico dentro de este trastorno del neurodesarrollo es importante llevar a cabo una planificación terapéutica.
Pero algo en lo que conviene informar a los padres y a la sociedad en general, es que no existe en la actualidad un tratamiento capaz de reducir en su totalidad los síntomas del Asperger.
En este sentido, el tratamiento para el Asperger se enfoca en promover la calidad de vida del paciente y facilitarle su integración en distintas áreas.
A menudo, involucra un proceso psicoeducativo para ayudar al paciente y a sus padres a tener una buena adaptación en conformidad con lo que supone el trastorno.
El reconocimiento de las áreas más afectadas también ayuda a entender sobre qué trabajar en cuanto a las mejoras.
Por ejemplo, muchas terapias buscan instruir en el aprendizaje para una mejor interacción social.
Asimismo, es importante que la terapia esté centrada en ayudar a superar ciertos retos como la dificultad de trabajar en equipo.
Y también debe promover el autocontrol para adaptarse a ciertas conductas sociales que ayudan a tener una mejor interacción.
Contamos con especialistas en terapia cognitiva conductual, es un modelo terapéutico bastante directo que facilita la transformación de ciertas conductas a partir de técnicas como el reforzamiento positivo, negativo o técnicas operantes.
El abordaje terapéutico bajo este enfoque es de gran beneficio para las personas con Asperger, porque les ayuda a identificar sus emociones y a tener habilidades sociales mucho más funcionales según lo esperado.
Por supuesto, cada caso es único y requiere de un abordaje adaptado por completo al contexto del paciente. Es fundamental reforzar las áreas más comprometidas para promover un nivel óptimo de bienestar.