En el mundo actual y tal como lo conocemos, el vivir acelerado, ansioso y desesperado es básicamente la forma más común e incluso más aceptada de vivir. Muchas veces dejamos de lado una virtud muy importante para la vida: La paciencia. Puede que sea una de las virtudes más difíciles de manejar y de adaptar al comportamiento de una persona, pero es importante trabajar en la paciencia e incorporar para nuestra vida. A continuación dedicaremos un artículo dándote tres simples pasos para que aprendas a cómo ser más paciente y desacelerar tu ritmo.
En cuanto a su definición la paciencia es una actitud e incluso un rasgo de la personalidad que conlleva al ser humano a poder soportar dificultades, contratiempos, adversidades y sufrimientos a cambio o para conseguir algún bien o una situación de bienestar personal.
El término es muy mencionado tanto en las religiones “modernas” (Judaísmo, Cristianismo, Islam) así como en diferentes filosofías de origen oriental (Taoísmo, budismo) en las diversas artes marciales (también de origen del lejano oriente en su mayoría) y en las religiones y filosofías antiguas como lo es el pensamiento de los griegos antiguos, principalmente los de origen socrático. Como bien mencionamos al inicio esta actitud, virtud o rasgo se puede trabajar y mejorar con conocimiento, voluntad y esfuerzo.
Ahora te estaremos ayudando a trabajar tu paciencia con tres pasos. Si bien queremos ser simples, legibles y asertivos, te mencionamos desde ya que tu voluntad y el enfoque que pongas en estas técnicas es lo que va a ayudarte a superarte.
Para poder empezar a saber cómo ser más paciente, es importante tener conciencia del estar viviendo en “el mundo real”, con este término nos referimos a que es importante dejar las fantasías e ilusiones de lado. Si querés lograr algo y sabés que requiere de paciencia, es importante interiorizar este concepto: esperar lo justo (de las personas o circunstancias), no darle lugar a las falsas ideas o falsas ilusiones y ser firme en tus conceptos poniendo un poquito de lo que necesites para llegar a esa meta. Pero es importante el saber esperar, a veces llegar a destino es más lento de lo que se estima, por eso es importante que trabajes en tu paciencia, que vivas en el presente y que sepas esperar ya que cada momento llega a su tiempo correspondido.
Es muy normal que cuando se esté hablando sobre nuestra paciencia, aparezca la palabra aceptación. En la actualidad vivimos estresados y acelerados, básicamente con el sentimiento de querer llegar a buen puerto en cuestión de cinco minutos. Aceptar que a veces no todo sale o se cumple cuando queremos es un concepto que debes adaptar. Muchas veces no podemos anticiparnos a los acontecimientos de la vida ya que esta tiene su propio ritmo, su propio curso y no podemos controlar o tener el control sobre todo lo que nos pasa o sobre todo lo que vivimos.
Controlar la impaciencia es el paso más difícil debido a que para lograr manejarla, se requiere de trabajo tanto mental como físico. Lo primero que se debe hacer para controlar la impaciencia es utilizar el pensamiento racional. En este mundo acelerado donde “todo se pretende y se quiere ya”, es importante bajar a tierra y pensar de manera razonable y racional en las consecuencias que puede tener el querer todo de manera impulsiva y acelerada sin tener un punto de vista múltiple sobre cada circunstancia. Muchas veces perdemos el eje de la realidad queriendo todo de manera rápida. Mantené la calma, respirá, aflojá los brazos, tomá aire y relajate. La relajación muscular y el manejo del aire que respiramos es un factor importante a la hora de eliminar la impaciencia y darle una bienvenida a la paciencia y a la calma, también te va ayudar a pensar mejor y más claramente las cosas. Recuerda que si tienes mucha ansiedad, siempre puedes consultar y pedir ayuda a un psicólogo de la salud emocional/mental.
“La paciencia no es la espera pasiva. Es la aceptación activa del proceso necesario para obtener tus metas y sueños” – Ray A. Davis
“Adopta el paso de la naturaleza: su secreto es la paciencia” - Ralph Waldo Emerson
“La paciencia no se puede adquirir durante la noche. Es igual que la construcción de un músculo. Todos los días hay que trabajar en el” - Eknath Easwaran
“La paciencia es agria. Pero tiene una fruta dulce” – Proverbio Afgano
"La paciencia es una virtud, y estoy aprendiendo a tener paciencia. Es una dura lección" – Elon Musk
Como venimos hablando durante el artículo, la paciencia es una actitud y virtud que con voluntad, pensamiento y esfuerzo se puede adaptar perfectamente. Si bien es cierto de que es muy difícil ser paciente todo el tiempo e incluso tener incorporada la paciencia de manera “natural”, es un rasgo en el cual es importantísimo trabajar ya que el ser paciente te trae mejores consecuencias que el vivir acelerado. Muchas veces vivimos acelerados e impacientes y aquí es cuando el estrés y la ansiedad constante nos invade y nos distorsiona un poco de la realidad e incluso nos altera otras facetas del organismo como lo puede ser el sueño (insomnio).
También el vivir siendo impaciente y con una velocidad extrema puede alterar nuestro ritmo cardiaco e incluso la digestión (comer rápido no es saludable). No te apures, aprende a respetar la vida en su tiempo y ritmo indicado. En caso de que te sientas demasiado alterado en tu ritmo de vida y veas que te está costando ser paciente, siempre estas a tiempo de pedir ayuda con un profesional de la salud mental y emocional.